2.9.05

No MáS

Conmigo mismo a solas y sin saber darme descanso.
En la linde del bosque recostado en mi melancolia instalado como para siempre.
Y a lo lejos la llanura amarilla iluminada por un escueto sol de invernadero.
Sobre el asfalto, el estrepito de la ciudad latiendo.
Sobre el asfalto escuchaba, hipnotica, tu voz diciendo:
¡no sigas sufriendo!
(Manolo Garcia)

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